El sol comienza a calentar entre los árboles que rodean la cancha donde la selección hace su último entrenamiento antes de enfrentar a la selección ecuatoriana; en este escenario el equipo nacional para esa sesión de trabajo que cumplió un intenso como productivo resultado; la energía en la cancha es palpable con el animo con el que se inicia la carga de entrenamiento del sábado.
Quintero, con su estilo característico, dialoga animadamente con Alex López, ajustando los detalles finales antes del inicio del entrenamiento.
Mientras tanto, Pablo Román se encarga de preparar el dron, asegurándose de que esté listo para capturar cada momento del entreno matutino desde el aire.
El profe Rueda, con su infalible tablero de ajedrez en mano, ya está en su hábitat, bajo su mirada, los jugadores forman dos rondos, una actividad fundamental para el desarrollo técnico y táctico del equipo, detrás de ellos, el imponente domo del Day Hill se erige como testigo silencioso.
En el extremo opuesto de los rondos, el preparador físico Quintero, asistido por Kelsyn Flores, organiza minuciosamente las estaciones para la entrada en calor, Agustín Mejía marca la cancha conforme a las indicaciones precisas del profe Rueda, asegurando que todo esté en su lugar.
Las carcajadas resuenan en uno de los rondos, provocadas por un caño y la rápida recuperación del balón; Andy Najar, siempre motivado, aplaude un buen quite y exclama: «¡Eso, papá!».
Pablo y el Dr. Guillermo Toledo trabajan juntos, cargando los marcos que se utilizarán en la primera parte del entrenamiento, mientras eso pasa la intensidad en los rondos aumenta, los espacios se cierran y el ritmo se acelera, requiriendo una concentración máxima de los jugadores.
El profe Rueda, atento al reloj, se acerca al círculo central del campo, es el momento de la oración, una tradición que refuerza la unión y la dedicación del equipo, con rostros elevados al cielo, realizan una oración de dedicación al Todopoderoso, listos para escuchar las palabras del líder principal.
«¡Mañana jugamos un lindo partido!» exclama el P.F. Quintero, motivando al equipo mientras da inicio a la activación física. Los jugadores realizan ejercicios de cuádriceps, movimientos rotacionales y ejercicios de cadera, la escalera y el giro con ritmo y diferentes perfiles ponen a prueba su agilidad y coordinación.
Néstor Lotartaro se encarga de preparar a los arqueros Edrick, Jonathan y Quique «La fuerza se tiene que controlar desde que toco la pelota,» explica Néstor, enfatizando la importancia de la técnica. «Si corres más metros, te vas a desgastar,» añade, mientras dirige la activación neuromuscular acompañada de ejercicios de tomas y reincorporación.
Cada detalle es cuidadosamente atendido, cada instrucción es seguida con diligencia. Este es el equipo en su máxima expresión, bajo la guía de un cuerpo técnico dedicado y experimentado, preparándose para enfrentar los desafíos que nos esperan durante 90 minutos de partido ante la selección de Ecuador.