El fútbol como en la vida tiene momentos, altos y bajos, aceptarlos y superarlos es una decisión, ha sido la actitud de la selección de Honduras pasadas las 24 horas después del partido ante México.
Asimilar ese momento, analizar cada situación de juego, individualizar el comportamiento futbolístico, descanso debido y cambiar la pagina para enfocarse en el siguiente rival, ha sido la agenda que ha desarrollado en estas últimas horas la selección nacional.
La atmosfera del equipo de todos para este martes antes del viaje a Phoenix es otra, desde el rostro de cada jugador, su semblante delata compromiso y desafío por romper la adversidad y demostrarse a si mismos que dentro de ellos corre un ADN único, el de catrachos esforzados, que saben levantarse y responder frente a los momentos como el actual dentro de Copa Oro.
El día para ellos comenzó muy temprano, siendo así que a las siete de la mañana ya estaban puntuales en el autobús que los llevó hasta la sede de entrenamientos en Houston, la Episcopal High School a unos 15 minutos del hotel sede.
En el fondo del autobús ya se escucha música propia del momento, que denota un entorno de activación anticipada de lo que viene; es justamente Rubilio Castillo quien es el hombre orquesta quien lleva la batuta y la maquina del sonido para ajustar los tiempos.
Llegada a la cancha 7:15 y rápidamente la transformación de los jugadores con sus implementos deportivos, de largo se ve a los asistentes del profesor Diego, asistiéndolos con el GPS para los controles físicos que llevará toda la información de esta naturaleza al profe Patricio Negreira.
Una actividad que denota la superación del resultado dominical es el rondo inicial, donde predomina la cercanía del equipo, respirando el mismo aire, las mismas necesidades, iguales desafíos y un mismo reto, dar el paso al frente y levantar la mano de que están disponibles para la siguiente batalla.
Nada nuevo es el siguiente momento en el que el entrenador principal Diego Vázquez ofrece una breve charla sobre los trabajos específicos del día, quienes son los responsables y en seguida y dirigiéndose al pelotón de jugadores, llegando al sistema espiritual con mucha sensibilidad como preparándose para una guerra frontal, a la distancia se escucha la palabra clave de ganar al siguiente rival Qatar, una respuesta al unísono de todos los jugadores “sí queremos”.
En los próximos 20 minutos tiene la voz de mando el preparador físico Patricio Negreira, con un peculiar estilo que estimula y activa a sus jugadores para una favorable reacción para el entrenamiento táctico del cual será responsable Diego Vázquez.
La voz que escucha todo es staff fuera del rectángulo de juego es la de “Buba” que durante gran parte del entrenamiento sacude a todos sus compañeros con arengas motivadoras y seguramente ha calado en todos sus compañeros que uno a uno reacciona con esa misma actitud.
Llega el momento de desarrollar la estrategia para el próximo compromiso y Diego Vázquez tendrá toda la atención de sus jugadores, quienes, con un nuevo rostro, actitud de guerreros portando su escudo de batalla cumplen el dispositivo de juego establecido por el titular del cuerpo técnico.