No podemos imaginar cuales eran las emociones de Anthony Lozano el día anterior a su debut, mucho menos el día del partido estando en el banco de suplentes, lo que si podemos asegurar que su mente lo transportaba a su niñez, aquel momento de sus 15 años debutando con el Olimpia de Honduras, su tierra natal.
Una carrera profesional llena de todos elementos naturales de la vida; con pasajes de alegría, felicidad, pero también con esos momentos de tristeza, talves llanto, eso sí con una mentalidad de acero, tanto que por muy duros momentos que haya pasado, mantuvo siempre el equilibrio para mantenerse en los niveles ideales y alcanzar sus metas y retos más anhelados.
Hoy su nombre es escrito en una lista limitada y privilegiada de hondureños que han marcado la diferencia jugando en el futbol más importante de Europa como es el español de la primera división; junto a nombres como el de Carlos “Calistrín “Suazo, jugador del Elche, el mismo Gilberto Yearwood que además de militar en el Elche, jugó para el Real Valladolid; otro referente hondureño como Roberto el “macho” Figueroa muy querido por el Real Murcia, un Allan Anthony Costly jugador del Málaga, Julio Cesar Arzú del Racing de Santander, Amado Guevara y Carlos Pavón los últimos en arribar a España en 1995 para jugar en el Real Valladolid.
Mientras el Choco Lozano realizaba el domingo sus ejercicios de calentamiento, un país entero estaba expectante de su posible debut, muy orgullosos que un compatriota les representara en el fútbol más admirado en el planeta, muy pocos hacían memoria de todo lo que el “Choco” habría pasado antes que la historia registrara el momento en que saltaba al terreno de juego del Sánchez Pizjuán con la camisa 19 del Girona.
Atrás quedaban los goles que ayudaron a ser campeón a los merengues del Olimpia, sus pasajes por el Valencia en la Madre patria, el mismo Alcoyano al cual fue cedido y que aceptara sin chistar ni siquiera una palabra, porque en el fútbol su idioma está en el terreno de juego.
La experiencia se iba imponiendo en el torrente sanguíneo de Lozano, seguramente atendiendo las voces de entrenadores como lo fuera Ernesto Valverde que hoy dirige al primer equipo del Barcelona; pues el mismo tuvo como jugador al hondureño allá por el año 2012.
El paso del tiempo darían la razón también a los entrenadores del programa de talentos que ayudaron a forjar el carácter del “Choco” durante su permanencia en el programa y en las selecciones menores.
Para el 2015 la vida le sigue sonriendo a Lozano al ser cedido en préstamo al Tenerife de la Segunda División, y allí la comunidad le recibe con los brazos abiertos, la química le resulta al Choco que devuelve el cariño de la afición con goles, donde estuvieron a punto de llegar a la primera división.
En la vida de un futbolista de éxito nada es suficiente y el seleccionado nacional llenaría portadas en los principales diarios de Honduras y buena parte del mundo el 5 de julio de 2017, fecha en que se anuncia el traspaso del hondureño al F.C Barcelona “B”.
Hemos saltado directamente la historia del Barcelona “B” al Girona de la primera División para describir el momento en que el Cuarto oficial eleva la pizarra de sustituciones y anunciando el ingreso del número 19 que porta en su camisa Lozano, advirtiendo la salida del africano Olunga con la playera 14.
Es un momento que se ilumina con las luces de toda la carrera futbolística de Lozano, impregnada de identidad y orgullo nacional, ese orgullo que nos da el futbol y hoy a través de un joven que creyó en este deporte como el tesoro más cuidado.
Fueron 20 minutos de fútbol, vendrán más, estamos seguros Anthony, tu ímpetu, balance, goles y temple harán que se rompan esquemas.