Su primer recuerdo al sacarse una fotografía con el Profe Rueda es la promesa que hizo por clasificar a Sudáfrica 2010 fue lanzarse a la fuente luminosa de San Pedro Sula, promesa cumplida, así como guardar para siempre la remera con la que Honduras cumplió la histórica gesta en el Cuscatlán salvadoreño.
Hoy Marlon Mancía hondureño residente en República Dominicana desde hace 9 años no dudo en visitar el campamento de la selección catracha en la víspera y apoyar a los de la “H” en su duelo frente a Cuba este jueves en horas de la noche.
Los ojos del CEO de Dinant en Santo Domingo brillaron cuando se aproximan tres de las personalidades que hicieron posible el sueño hondureño de nuestro segundo mundial, Reinaldo Rueda, David Suazo y Maynor Figueroa y a quienes recibe con un cálido y apreciado abrazo para luego mostrar esa camisa del 2010 como el tesoro mejor guardado.
El momento es indescriptible por muchas razones, la lejanía y la ausencia de un hondureño que extraña su tierra, pero más a su selección, por lo que aprovecha para firmar la insigne camisa con el autógrafo de quienes para él son sus héroes.
Acompañado de su pequeño hijo Marlon Arturo, le ha muestra a David Suazo dos postales tamaño gigante de su paso por el fútbol italiano para sumar otras firmas, aunque el “Rey” le corrige el número de anotaciones en el calcio en medio de sonrisas.
El hombre orquesta de la empresa hondureña Dinant en Dominicana conversando con el responsable de comunicaciones de la Federación, cuenta que el fútbol como la mayoría de catrachos lo lleva en la sangre, “lo vivimos y viviremos hasta la eternidad” reafirma en el dialogo.
“De joven jugué en las reservas de Marathón donde compartí con grandes figuras como Mauricio Sabillón, Darwin Pacheco, me tocó enfrentar a David Suazo, hice dupla con Rubén Suazo, incluso fui dirigido en algún momento por el profesor Julio César Arzú (mundialista 82) y ascendimos con el equipo a Segunda División en aquella época” sigue contando efusivamente.
Don Marlon no esconde su emoción de estar con su selección y apoyarles mañana en el estadio y ondear la bandera nacional gritando por el equipo de todos, como lo ha hecho con las selecciones U-15, U-17 femeninas y masculinas cada vez que juegan en República Dominicana.
El legado de la selección debe estar intacto y de eso se ha encargado como papá don Marlon, quien le cuenta las grandes hazañas de sus héroes a su vástago, y lo hace insitu presentándole a quienes se han convertido en leyenda para Honduras.