El mundial para Honduras continuará este domingo cuando se mida a la selección de Francia en busca de la clasificación a la siguiente ronda en Argentina 2023.
Los nuestros ya se instalaron en ciudad de la Plata, la ciudad escogida para el duelo entre hondureños y franceses, a tan solo 5 horas de Mar de Plata una ciudad en la que el equipo de los catrachos, un tiempo atrás dejó una huella imborrable en Juegos Panamericanos de 1995.
Aunque el tiempo ha pasado sin pedir permiso a nadie, nos permite hacer memoria de gestas en las que el fútbol deja un agradable paladar, como aquella selección dirigida por Carlos Cruz Carranza, competencia internacional donde Honduras se adueñó con méritos propios del cuarto puesto.
Cuando la selección partió del aeropuerto Toncontín, al equipo se le daba pocas posibilidades de alcanzar importantes posiciones en la competencia panamericana, restando méritos al grupo escogido por Carranza donde ya destacaban jóvenes valores como Amado Guevara, Milton Flores (Q.D.D.G), Carlos Pavón, José Luis Pineda, Ramón Romero, Nicolás Suazo, Juan Ramón Castro, Oscar Lagos, José Luis López, Edgar Sierra entre otros.
La exigencia de la competencia fue enorme y los de Honduras no se amilanaron y respondieron con altura, fútbol, templanza y disciplina, para sacar resultados que sorprendían a propios y extraños al empatar 2 x 2 ante el anfitrión Argentina, además de vencer a Estados Unidos con marcador de 4 x 0.
El Profe Carranza, un entrenador dedicado a trabajar con jóvenes, supo en esta primera ronda sacar lo mejor de cada uno de los escogidos como iniciales en los partidos de grupo.
Se vendrá entonces la llave en la que Honduras enfrentó a uno de los mejores del mundo, nada más y nada menos que Brasil, cuyos antecedentes deportivos sobran en palmarés que los destacan y ubicaron como favorito para vencer a un equipo como el hondureño que en el papel lógicamente pintaron como el débil.
Lo impensable ocurrió al final de los 90 minutos, un empate a cero que se fue creciendo hasta que el arbitro principal del partido, el colombiano Ángel Guevara indicó que el partido se definiría desde el punto penal.
El arco aquella noche del 18 de marzo de 1995 tuvo como ángel guardián a Milton el “Chocolate” Flores que se agigantó bajo los tres palos, no solo deteniendo disparos de los artilleros cariocas, además fue el anotador del último tanto con el que Honduras vence a los sudamericanos y gana el pase a semifinales de uno de los torneos más importantes del hemisferio.
Una historia invaluable de una selección hondureña U-23 en Mar de Plata, que vuelve a tener un lugar especial ahora que Honduras juega su noveno mundial en categoría U-20 justamente en Argentina y más particularmente en la Plata, donde se reciben aquellos aires que rememoran el brillante papel que destacados jugadores hondureños dejaron sobre el césped argentino, y que mañana la nueva generación tendrá esa posibilidad de replicar el talento que permanece en el ADN Catracho cuando enfrenten a la selección francesa peleando por la permanencia en el mundial juvenil de la FIFA.